domingo, 17 de enero de 2010

BRASIL

Diciembre 20 del 2009 a Enero 5 del 2010

Salimos desde La Punta del Diablo en Uruguay y entramos a Brasil por la ciudad fronteriza de Chuy completando un total de 30 países visitados durante nuestro viaje. El cruce fue muy fácil, aunque encontraron en nuestras maletas un paquete de FAB y quisieron comprobar que no fuera otra sustancia. Nos dieron la recomendación de comprar detergente que no fuera blanco, jajaja. Luego seguimos hacia Casino donde pasamos la noche, es un balneario al borde del mar que ofrece muy pocos atractivos y queda cerca de Rio Grande.

La capital es Brasilia, tiene una población de 190 millones, el idioma oficial es el portugués y su moneda es el real brasilero (1,72 BRL/USD)

Al otro día salimos temprano, pasamos por Rio Grande, Pelotas y Puerto Alegre, la carretera hasta allí muy buena y con poco tráfico. A los lados de la carretera había sabanas inundadas por la lluvia y señales de tránsito que advertían el cruce de castores, vimos algunos de ellos y muchísimas aves que entretuvieron nuestro recorrido. En la mitad del camino comenzó la pesadilla porque estaban arreglando la carretera y el trayecto parecía interminable, finalmente después de 798 Km. llegamos a Florianópolis.


Pescado frito en la playa Canasvieiras
Navidad en Florianópolis

Florianópolis o Floripa como la llaman en Brasil, es una ciudad ubicada en la entrada a la isla de Santa Catalina. Esta isla es bastante grande y sus playas son preferidas por brasileños y argentinos para pasar las vacaciones. Nosotros nos fuimos para Canasvieiras que queda al extremo norte. El primer día nos hospedamos en la posada Utopia, que nos había recomendado una argentina que conocimos en Malasia. La posada es de una familia argentina, la dueña nos contó que sus hijos habían llegado hace pocos meses de mochilear por Peru, Ecuador, Colombia, Venezuela y quedaron encantados con Colombia, especialmente con Medellín. Luego nos pasamos a Posada Silene ya que tenía internet y estaba un poco mejor. Allá nos quedamos cuatro noches y pasamos el 24 de diciembre. Disfrutamos mucho de las playas brasileñas, son de arena clara y tienen un ambiente parecido a las colombianas, por ejemplo hay vendedores ambulantes ofreciendo queijo (queso) asado, churros, cocadas, mazorcas y caipiriñas. El 24 de diciembre cenamos en el restaurante Mon Chateau que es de una familia Uruguaya.


Venta de queijo en la playa



En el hotel Silene


Cena de Navidad en Mon Chateau


Sao Paulo

El 25 de Diciembre salimos para Sao Paulo y llegamos después de 700 km un poco aburridos porque había mucha lluvia en la carretera. Nos quedamos en el Ibis Paulista que queda justo al lado del barrio Le Jardins. Allí estuvimos tres días dándonos gusto en los restaurantes y almacenes que quedan alrededor de la calle comercial Oscar Freire. Recomendamos a todos los visitantes a Sao Paulo visitar la pizzería Margherita y esperar así haya fila, ir al bistro Paris 6 y pedir las ostras con champaña. Por su puesto cenar en el espectacular restaurante Figueria Rabaiyat que ofrece una carne deliciosa de su propia hacienda y picaña importada de Argentina.

Ostras y Champaña en Bistró Paris 6


Restaurante Figueria Rbaiyat
Una noche fuimos al Sky bar que queda en el último piso del Unique Hotel y desde donde se puede tener una vista nocturna espectacular de Sao Paulo. Visitamos el Mercado municipal que queda en un hermoso edificio construido en 1926 y que funciona desde entonces como centro de abasto. También visitamos la tienda de la famosa marca de sandalias Havaianas, de las cuales podemos dar referencia y decir que son demasiado finas, aguantan la vuelta al mundo y uno las bota porque se aburre de tenerlas y no porque se dañen. Allá nos compramos un par nuevo cada uno.


Desde el Sky Bar en Unique Hotel
Tuvimos la suerte de encontrarnos en Brasil con nuestros amigos Patricia Saenz y Juan David Cárdenas. Primero nos vimos en Sao Paulo para comer y nos tomamos unas botellitas de vino mientras les contábamos las historias y después nos encontramos varias veces en Rio de Janeiro.

Rebeillon en Rio de Janeiro

Playa San Conrado


Montañas rocosas y favelas tipicos de Rio de Janeiro

El 29 de Diciembre salimos de Sao Paulo hacia Rio de Janeiro, fueron 473 km. El paisaje entre las dos ciudades es muy bonito y la vía es de tres líneas por cada carril, buenísima y también carísima por los peajes que cobran. Se dan el lujo los brasileños de tener excelentes carreteras, así cobren alto por ellas.

Decidimos probar suerte e irnos para Rio a pasar fin de año sin tener aun el hotel reservado ya que por Internet nos daban cotizaciones un poco exageradas. Rio de Janeiro es la segunda ciudad más visitada del mundo para la fiesta de Rebeillon o fin de año, pero como no tiene suficiente infraestructura hotelera los precios se disparan y las camas se agotan.

Llegamos tarde, casi a las nueve de la noche y tuvimos que ubicarnos en un salvavidas que nos salió en Leblón, el mejor barrio de la ciudad. En el hostal Lemon Juice tenían una habitación doble por una noche pero no había donde parquear la moto. Justo cuando estábamos en la esquina pensando que hacer una pareja que miraba la moto se acerca y nos pregunta que si hablamos inglés. Le respondemos en español que si, pero que somos de Colombia. Pues conocimos a Gilberto y Marissa que vivían a una cuadra. Gilberto tiene un club de motociclismo y se dedica a armar paseos en moto por todo el mundo para sus clientes, los motociclistas brasileros. Nos ofreció guardar la moto en su casa y Marissa nos imprimió un listado de los hoteles para que pudiéramos hacer la búsqueda al día siguiente. Que tal la suerte que tuvimos!

Finalmente encontramos hotel en Barra de Tijuca, una playa al sur de Leblón que se ha desarrollado turísticamente muy bien. Allí nos quedamos en el Hotel Promenade Paraíso por cinco noches.
Ese mismo día salimos a comer con Gilberto, nuestro nuevo amigo brasilero, quien nos llevó al famosísimo Porcao, restaurante de carnes tipo rodizio. Todo estaba delicioso, tanto el buffet de ensaladas, picadas, pescados y sushi, como la carne. Comimos picaña uruguaya, costillas, lomo, chorizos… en fin de todo hasta casi explotar. Gilberto tenía mucha curiosidad de saber sobre nuestro viaje y sobre las posibilidades de turismo en Colombia . Le contamos y quedó encantado, esperamos su visita éste año para que conozca nuestro país y pueda invitar a sus amigos motociclistas a Colombia el año siguiente. Gilbert nos contó sobre los proyectos que tiene la ciudad con miras al mundial del fútbol del 2014 y a los Olímpicos del 2016. Nos dijo que ahora las favelas eran menos violentas y que se habían desarmado en su gran mayoría, gracias a un enorme esfuerzo de la ciudad que incluye una capacitación que recibió la fuerza pública en Colombia. En resumen la gente de Rio tiene muchas esperanzas de que con éstos dos grandes eventos la ciudad florecerá aun más.

El 30 de Diciembre nos fuimos temprano a visitar el Cristo Redentor sobre el monte Corcovado. El Cristo es espectacular, desde abajo no se alcanza a percibir su magnitud y hermosura, fue construido al estilo art deco en 1930. Ahora es considerado una de las siete maravillas del mundo. Nosotros creemos que su reconocimiento se basa en su magnitud, en el valor artístico y en el sitio donde fue puesto, ya que el monte posee una riqueza natural que se impone frente a la gran ciudad. La panorámica desde el Corcovado es increíble, tuvimos que tener paciencia porque alrededor del cerro estaba muy nublado y por ésta época estaba lloviendo mucho, pero lo logramos, disfrutamos de este gran monumento y tuvimos una excelente vista de la ciudad.

Cristo Redentor en cerro Corcovado



Lagoa de Rio de Janeiro
El nombre de Rio de Janeiro o río de enero se lo dieron los portugueses cuando llegaron y pensaron que las entradas del mar al continente eran la desembocadura de un río. La ciudad se encuentra en medio de una topografía hermosa, montes de roca con vegetación muy verde que se levantan entre los diferentes barrios y favelas, justo frente al mar. Entre los cerros y las playas de Leblon e Ipanema se encuentra una laguna que adorna ésta parte de la ciudad.

En la tarde llovió mucho pero la disfrutamos en la playa Leblón, en el Kiosko del Portugués, que vende el mejor caipirinha de la ciudad según nuestros amigos locales, hay de todos los sabores, limón, fresa (morango), maracuya, ciruela y muchos más. Más tarde fuimos con Marissa y Gilberto a la Casa de la Feijoada, donde nos comimos una frijolada al estilo brasilero. Son fríjoles negros con carne de cerdo, chorizo y salchicha acompañado de arroz, yucas y bananos fritos. Después tuvimos que irnos para el hotel a dormir porque la lluvia y la llenura nos dieron mucho sueño.

En la Casa de la Feijoada con Marissa y Gilbert


El 31 de diciembre aun llovía y teníamos mucho susto de no poder ir a la esperada fiesta de fin de año en Copacabana. En la tarde nos fuimos para la playa y calentamos con unas caipirinhas, luego nos vestimos de blanco y nos fuimos para el Sheraton donde se estaban quedando Patri y Juan David con la familia de Patri y ellos nos invitaron a una botella de champaña para seguir con la celebración. Vimos a Leticia, su hija, que esta grandísima y hermosa. Todos estábamos de blanco para cumplir con la tradición de la ciudad. De ahí nos fuimos para el Kiosko del Portugués donde tuvimos nuestra cena, algo improvisada, pero deliciosa, roast beef en salsa de mostaza y empanadas de camarón acompañado de caipirinha, por su puesto.

Con Cardenas, Patri y Letcia en el Sheraton Lebon

Leticia y Omar


Kiosko del Portugues, Manuel


Cena de fin de año y caipiriñas de ciruela y morango
A las nueve de la noche comenzamos a caminar hacia Copacabana, donde la fiesta pública tenía lugar. Junto a nosotros muchas otras personas, todas vestidas de blanco, caminaban por la calle que bordea la playa que estaba habilitada solo para peatones. En el camino veíamos las fiestas de los lujosos apartamentos que se encuentran frente al mar. Finalmente llegamos a Copacabana y aunque no le cabía ni un alma, todo estaba muy organizado. Había cuatro escenarios cada uno con un concierto. Nos fuimos hacia el escenario principal, allí esperamos la media noche, vimos 15 minutos de juegos pirotécnicos espectaculares que le siguieron a la cuenta regresiva de la multitud. Abrimos nuestra botella de champaña, celebramos la fortuna que tuvimos en el 2009 y soñamos con todo lo que nos espera en el 2010.


Caminando hacia Copacabana

El brindis de media noche


A las doce de la noche



A las dos de la mañana se presentaban las escuelas de samba y nosotros nos ubicamos frente a la tarima donde se presentó Scola do Samba Beija Flor. Este fue un show increíble. Primero salieron los músicos, que son mas de veinte, tocando sus tambores y guitarras, luego salieron las hermosas baianas (matronas de la escuela vestidas con largos trajes típicos de Bahía) y finalmente las garotas internacionales que son las impresionantes mujeres que casi se desbarataban al son de la samba mostrando sus espectaculares cuerpos y movimientos. Estábamos boquiabiertos con el ritmo, las letras de las canciones, las bailarinas, los hombres en traje blanco que cantaban y bailaban, en fin una presentación difícil de igualar. Además la fiesta en la playa es de todo el que quiera ir, así que hay todo tipo de gente que decora el ambiente y te hace sentir en contacto con las costumbres locales. Todos bailaban y cantaban las canciones que nosotros tratábamos de tararear y aun tenemos grabadas en nuestra mente.




Las baianas


Las garotas


Las escuelas se samba se preparan todo el año para participar en el Carnaval de Rio de Janeiro donde todos los años hay una ganadora. Se pueden visitar sus sedes en la noche para gozar de una fiesta bien autóctona.



El primero de Enero pasamos la tarde en la playa de Barra de Tijuca y en la noche fuimos a comer con Patricia y Cárdenas al restaurante Quadrucci que queda en Leblón. La comida estuvo espectacular, en especial el pulpo.


El dos de Enero fue un día soleado que disfrutamos en la playa. Estaba repleta, pero pudimos encontrar una sombrilla y dos sillas. Las olas estaban buenas para surf, así que Omar alquiló una tabla. Las olas estaban demasiado altas y se veían muy miedosas, sin embargo aprovechó dos o tres. La última que tomó era demasiado alta, la tabla se le clavó en el agua y la ola lo revolcó tanto que mejor se salió a tomar el sol. En la noche comimos nuevamente en Lebón con Patri y Cardenas y nos fuimos temprano a dormir para poder salir al otro día hacia Foz de Iguazú.




Foz de Iguazú

Como hay 1580 km entre Rio y Foz de Iguazú, tuvimos que hacerlo en dos tandas. La primera noche la pasamos en el hotel Thale en Santa Cruz do Rio Pardo, un pueblo muy pequeño en una zona agrícola de Brasil. En el camino vimos paisajes hermosos, pasamos por zonas ganaderas, cultivos de maíz y caña de azúcar y represas. El segundo día atravesamos una extensa zona de cultivos de soya, también había un poco de café. Finalmente llegamos a Foz de Iguazú y nos hospedamos en el hotel Villa Canoa.



Llegamos al Parque Natural de Iguazú en Brasil y nos sorprendió lo bonito de las instalaciones y lo bien que está organizado. Pagamos 37 reales cada uno. Luego de una hora de fila nos montamos al bus de dos pisos panorámico que nos llevó hasta el camino desde donde se observan las cataratas. El primer vistazo fue increíble. El ambiente es muy húmedo y hace mucho calor, pero vale mucho la pena. Las mariposas se nos paraban encima y vimos muchos mapaches. Desde el camino se pueden ver las cataratas desde el frente de la caída de agua, es hermosa la vista e increíble la sensación al ver la potencia con la que cae el agua. Mientras más se avanza en el camino, más emocionante es la visita porque las caídas de agua se ven más cerca. Al final la caída más grande tiene un mirado tan cerca que uno se emparama.













Así terminamos nuestra tan esperada visita a Brasil, y tenemos que decir lo enamorados que quedamos de este hermoso país. Nos encantó, el ambiente y la buena energía de su gente es abrumador, la belleza de sus playas y la riqueza cultural que tienen hacen que se parezca a Colombia, y esto lo hace muy especial. Definitivamente hay que volver, para conocer más de sus hermosos paisajes, contagiarse otra vez con la alegría de su gente y ojala ver el mundial de fútbol en el 2014.