lunes, 23 de febrero de 2009

ARGENTINA

La región de los lagos entre Chile y Argentina es hermosa y especial para los viajes ecológicos o de deporte. Se puede hacer caminatas, montar en bicicleta, bañarse en los lagos y ríos, rafting, kayac. Hay muchas excursiones para hacer desde acá. Se puede hacer el cruce de lagos en Catamarán por aprox USD180… es un poco caro porque es un paseo de un día. Pero también se puede hacer como nosotros por la carretera. Y en invierno hay varias montañas habilitadas para esquiar.


Entrando al país

Luego de 36 días de viaje y muchos kilometros encima, cruzamos la frontera Argentina, entramos al parque nacional Nauel Huapi y manejamos por el borde de los lagos, pasando por Villa Angostura finalizando en San Carlos de Bariloche; donde decidimos pasar unos dias de relax.


Que tal este paisaje?
Bariloche
Es nuestra segunda visita a Bariloche y esta vez contamos con mejor suerte con el clima. La vez pasada una tormenta de nieve nos impidió esquiar en cerro campanario. Había tanta nieve no pudimos apreciar lo grande que es la ciudad y lo lindo que es el paisaje. En los tres días que estuvimos allí visitamos varios de los lagos, fuimos a cerro tronador que se conoce como glaciar negro, nos bañamos en el ríos y disfrutamos mucho de la naturaleza que ese lugar ofrece.
Un día entero lo dedicamos al pueblo, comimos siervo cocinado en parrilla típica. Muchas personas se acercaban sorprendidos por la moto, los trajes y la placa de Colombia a preguntarnos qué estábamos haciendo, de dónde veníamos y a donde íbamos. Nos daban consejos sobre rutas y sitios a los que deberíamos ir. Causa mucha impresión la moto con calcomanías de todo sitios en los que hemos estado y luego de contar el plan completo la gente se entusiasma un poco más y quiere seguir conversando.


Fuimos a visitar el Cerro Tronador que queda a unos 80 kms de Bariloche por carretera destapada. Es muy especial porque tiene siete glaciares. En ese paseo nos bañamos en el rio Mascardi que sale del lago Mascardi que está justo al lado del cerro, las fotos hablan solas. El agua es de un azul aguamarina que te llama a que te metas… aunque una vez adentro uno se da cuenta que el agua es un poco fría, aun en verano.

Cruzando el rio Mascardi


Entrando al parque del cerro

Este es el glaciar negro en la parte inferior izquierda y arriba el cerro tronador

Susa a punto de tirarse al agua

Que tal la transparencia del agua?


Por supuesto nos tocó usar la moto como vestier!!

Nuestro hotel estaba justo al frente del lago Nahuel Huapi, junto a playa bonita. Pasamos una tarde allí sentados, asoleándonos y tomando vino espumoso. Aunque la playa es con piedras gruesas toda la gente lleva asoladoras, fiambre y por supuesto mate. El lago no es tan frio como uno se imagina y la orilla está llena de gente. El lago tiene 650 mts de profundidad.

Playa Bonita

Bariloche – Esquel 296 kms
De Bariloche salimos para Esquel por la famosísima ruta 40 hacia el sur.

En el camino, se ven los grandisimos proyectos de reforestacion que tiene la patagonia
Pasamos por El Bolsón que es un pueblo conocido porque fue construido por hippies. El jueves es la feria artesanal y tuvimos la oportunidad de estar allí. La feria tenía muchas cosas lindas y ricas, comimos alfajores artesanales rellenos de frambuesa… que delicia. Desde Esquel se puede visitar el parque Los Alcéres que dicen que es hermoso pero que no visitamos porque era un poco más de lagos y ríos que era muy parecido a lo que habíamos disfrutado en Bariloche y en Pucón; además, 50 km más de destapado!.
Asi que decidimos dormir allí y salir al otro día temprano. El pueblo es bastante pequeño y algo antiguo, muy pocos restaurantes y los hoteles bastantes malitos, estuvimos en uno que parecia una pension, pero ahi salimos en la noche a tomarnos una cervecita y descansamos para la jornada nueva.

Aquí está la prueba, estuvimos en la legendaria ruta 40!!!!!

Esquel – Puerto Madryn 694 kms
Este día fue un bien difícil ya que la temperatura subió hasta 41 grados y el viento pegaba duro como si estuvieras en una fogata. Cruzamos desde Esquel que queda casi en la cordillera hasta el océano atlántico. Ese trayecto tenía un paisaje muy bonito, bastante desértico con unas rocas color ladrillos muy bonitas que se pueden ver en las fotos.

Ese tipo de paisaje se repetia, una y otra vez.

Paramos en un pequeñisimo pueblo llamado paso de los indios, el sitio más al sur donde estuvimos, y tuvimos la suerte de encontrar una parrilla de carretera, que nos ofreció un cordero patagónico delicioso. El dueño nos contaba que no están acostumbrados a la lluvia, que habían pasado 24 meses sin que lloviera y que por ello era adecuado por allí solo comer cordero ya que las reses no aguantaban semejante sequía.


Esta es la famosa quinta porra!! la PM, es el medio de la nada, los kilometros se agotan y todo sigue igual, no hay vida ni actividad.

Más adelante visitamos la represa Florentino Ameghino, el paisaje era bacanisimo porque estaba hecha en medio del desierto color terracota y el agua tenía un color azul intenso.

Represa Ameghino

Tunel antes de llegar al vertedero

Llegando a Madryn esta un pequeño pueblo de inmigrantes de Gales "Gaiman", donde se conserva aun la cultura y se toma el te en la tarde, en unas casas muy lindas al lado del parque.

Finalmente llegamos a Puerto Madryn y como el cansancio era bastante conseguimos rápidamente un buen hotel frente al mar. Por suerte, Susa logró negociar un 4 estrellas con vista al mar, recien remodelado, con wifi, cochera, desayuno excelente, mejor dicho!! ya era justo, porque el viaje estuvo muy duro.
Puerto Madryn
Este es una de las playas más visitadas en verano por los Argentinos. Está en el océano atlántico 500 km al norte de Commodoro Rivadavia. Una de las pocas bahías que por su forma protege la playa y permite que el agua no sea tan fría. A pesar de ser una ciudad industrial tiene turismo por las playas y por la cercanía a la Península Valdés (reserva faunística). Tiene amplias playas y un buen malecón con restaurantes muy bonitos y organizados.

Al otro día después de un suculento desayuno, nos fuimos caminando a la playa, y encontramos un restobar, muy bueno, con sillas de playa, donde pasamos toda la tarde, descansando, al frente de la playa, con el sonido del mar, y un reggae suave que tenían en el bar.
En la noche salimos a cenar, y encontramos un excelente restaurante "Mediterraneo" donde pudimos comernos unas gambas al estilo español deliciosas.

Puerto Madryn - Península de Valdés - Puerto Madryn (400 km)
Al día siguiente, decidimos salir en la moto hacia la península de Valdés, para ver la famosa reserva faunística. Son 100 km de pavimento para entrar al parque, ahí se encuentra un centro de información bien montado que cuenta con el esqueleto de una ballena muy grade.


Este es un esqueleto de una ballena encontrada 30 años atrás en la playa

El camino está lleno de viajeros, muchas motos y carros. Una de las cosas más particulares de Argentina es que en las carreteras del sur, se siente uno como transferido al pasado, los paisajes tan desolados, adornados por carros y carro casas de los años 70's, y mucha gente echando dedo para viajar. Algo que en Colombia no vemos mucho, en cambio acá te da la sensación de seguridad y al mismo tiempo de aventura.

Este carrocasa, le encantó a Susa, ella siempre ha soñado con tener uno!
Ingresando al parque, uno se encuentra con una carretera plana y recta, pero destapada, con muy buen mantenimiento, pero terrible para las motos, porque tiene mucho cascajo, y la sensación de inseguridad se mantiene durante los 220 km de recorrido.


Esta es la primera parada, en punta norte, donde esta loberia más grande del parque
La reserva esta super bien conservada, en esta época, los lobos marinos recién tuvieron sus crías y estás aprovechando la tranquilidad del agua y el clima cálido antes de mudarse; pero tienen que correr el riesgo de perder algunas de sus crías, por la presencia de ballenas orcas, que llegan en esta época para alimentarse. Desafortunadamente, no vimos ninguna orca, pero si muchas camadas de lobitos y los machos impresionantes, que tienen todo su pelaje y tamaño imponente.

Son cientos de leones que se apilan sobre la playa


En el parqueadero, uno de los nativos de la región, el armadillo!


50 km más hacia el sur, esta la caleta donde se encuentran los pinguinos y los elefantes marinos.



Impresionante vista, uno siempre se imagina a estos animales en glaciares, donde no hay nada de verde.

Esto es en el paradero para ver los elefantes, paisajes increibles!!


Susa con su caminao y su pinta de astronauta!
Quedamos muy impresionados con el nivel de conservación de esta reserva, nos gustó muchísimo conocer estos 3 nuevos animales, que nunca habíamos visto. Regresamos de nuevo por la carretera destapada que nos dio mucho trabajo, estábamos cansados, y en algunos lugares la tierra era tan blanda, que la moto se sentía navegar, la pobre Susa casi se baja en más de una ocasión, hasta apagó el intercom para que yo no le sintiera los gestos de stress. Finalmente llegamos a Puerto Madryn, y ya era tarde, 7 pm, así que decidimos quedarnos otra noche en el hotelaso que habíamos conseguido.
Puerto Madryn - Bahia Blanca (695 km)
Desafortunadamente el clima cambió radicalmente ese día lunes, 2 de marzo. Nuestro plan era subirnos hasta Buenos Aires, por la costa y visitar algunas playas más, pero la tormenta cambió todos los planes.
Al medio día paramos 300 km al norte en una pequeña playa llamada las grutas, donde se sentía un excelente ambiente veraniego, pero los vientos y la lluvia nos hicieron seguir. Continuamos por la ruta 3 hacia el norte, y logramos llegar a Bahía Blanca luego de mucha agua y viento, al menos no hacía frio, la temperatura seguía arriba de 20 grados.

Encontramos un parador aparentemente muy bueno, de hecho muy caro, lo más caro que hemos pagado en el paseo, Parador Austral, 310 pesos, donde pudimos descansar un poco. La tormenta se prolongó toda la noche… no pudimos dormir muy bien.

Bahia Blanca - Las Flores (505 km)
Al día siguiente decidimos salir para Buenos Aires, en medio de un día extremadamente lluvioso. Cruzamos la provincia de Buenos Aires y a pesar del clima se podía apreciar que es una tierra muy fértil para la agricultura y con poteros planos de grandes extensiones. La carretera es muy recta parece interminable especialmente cuando no podés pasar de 120 km por hora y la lluvia de costado es muy fuerte. Al sobrepasar los camiones, era como entrar a una maquina de lavado a presión, no se veía nada y el remolino de agua te quería sacar de la carretera.

A las 2 pm encontramos un lugar muy bueno para almorzar, el pueblo se llamaba Azul, y el restaurante Punto Argentino. Su propietario Sergio, se sentó con nosotros a conversar un buen rato, mientras nos comíamos un excelente bife de la región, nos contó que Azul era el segundo centro cervantista de América, porque un terrateniente hace unos años le dejó como herencia al pueblo su colección privada de libros y artículos relacionados a Cervantes. El resultó ser una persona super interesante, que había viajado por todo el mundo, obviamente cuando le contamos de nuestro viaje, la conversación se alargó mucho más y se hizo tan interesante, que nos dieron las 5 de la tarde. Como seguía lloviendo, seguimos el camino muy despacio hacia Buenos Aires, pero no logramos llegar, tuvimos que parar a 180 km, en un pueblo pequeñito llamado Las Flores, donde encontramos un hotel, bastante regular, un ex convento, donde las camas y baños todavía parecían de la época.

Ati y Laura, se quedaron esperandonos esa noche en su apartamento en Buenos Aires, pero al día siguiente salimos temprano y al medio dia estabamos donde Elsa la madre de Nelson, recogiendo las llaves del apartamento de Ati.
Las Flores - Buenos Aires (190 km)
No pudimos evitar que la lluvia nos acompañara todo el viaje, pero sentimos una alegria inmensa de lograr entrar a la ciudad de Buenos Aires, sabiendo que habiamos logrado hacer semejante recorrido, sin mayor inconveniente, y todo lo duro que fueron algunos trayectos, se olvidó rapidamente.

Buenos Aires (marzo 4 a 15)
Ati y Laura (Ati es el hermano de Nelson, el esposo de Sandra) nos recibieron con todo, estuvimos super a gusto en su casa, que es muy linda. Viven en un apartamento en la zona de Vicente López, a 12 cuadras de Capital Federal hacia el norte. La orilla del rio de la plata queda a 5 cuadras y todo lo que necesitas está ala mano.
En general nos sentimos como en casa, primero por la atención tan especial en casa de Laura y Ati, que hasta nos arreglaron un parqueadero para tener la moto, y nos dejaban el auto para usarlo durante el día, pero sobretodo porque toda la gente que conocemos estuvo super atenta y pendiente de nosotros.
El primer día nos dedicamos inmediatamente al trámite de la moto, fuimos al centro de la ciudad al paseo Colón, para averiguar lo que debíamos hacer. Al principio, no vimos muchas opciones, dado que nos exigían tener una persona extranjera como responsable, para que pudiera hacerse cargo de la moto, y la familia de Nelson y nuestros amigos son Argentinos, así que ahí empezaron los problemas.

El viernes nos vimos con toda la familia de Nelson, en un cumpleaños de uno de los hijos de Oscar (hermano mayor), donde estuvimos con Elsa, Mariano, Oscar y Ati, todas sus respectivas esposas e hijos también. Fue muy chévere conocerlos a todos y poder compartir un poco de las historias del viaje.

Aca están todos, de izquierda a derecha: Miranda la hija menor de Oscar, Susa, Elsa, Omar, Coti, Ati, Laura, Julian, Francisco, Camila, Elizabeth, Oscar, Mariano, Patricio, Evangelina y Liliana.


El sábado nos fuimos al tigre, con Ati y Laura, al puerto de frutos, donde almorzamos y pasamos la tarde.

Laura y Ati comiendose su heladito


Esto es en una heladeria en San Isidro
En la noche, nos invitó Santiago Valenzuela a un recital (concierto) de Keane, en el club ciudad capital, que estuvo muy bacano, y el domingo fuimos a su casa en Pilar, en el club Martindale, donde conocimos a su Esposa Laura y a sus 4 hijos, Olivia, Santos, Violeta y Segundo. Tienen una casa muy linda, y nos hicieron un asado delicioso, en compañía de unos amigos. Hasta pudimos conocer a la madre y familia de Laura.

En la noche nos recogió Nicolas Rosendi, nuestro amigo de hace años, con quién fuimos a la cancha de boca a ver el partido en nuestra luna de miel. Estaba con su prometida Isabela, salimos a cenar en Palermo y nos sorprendió mucho con su noticia de casamiento. Fue bacanimo verlo de nuevo después de tantos años.
El lunes regresamos a la aduana, como de costumbre y encontramos una alternativa, ir a Uruguay en el día con Santiago, y autorizarlo al entrar para que usara la moto.

En la noche Nico nos invitó a una cena con sus amigos, en un restaurante muy particular llamado Guido's Bar, al lado del zoológico de Palermo, es una tradición de hace años que El con sus amigos van a cenar todos los lunes a este lugar. Esto fue una experiencia muy bacana, era más como una tertulia argentina, sus amigos son todos de diferentes estilos, exfutbolistas, locutores, djs, tenista profesional, entrenadores de futbol, ejecutivos; Fue muy gracioso ver a todos estos ches echarse puyas entre ellos y hablar de futbol y de pendejadas toda la noche. La comida fue excelente.
Nico, el de la derecha

El martes fuimos a Uruguay, a Colonia, a 1 hora de puerto madero en el buquebus (que buen servicio y un ferry espectacular!), Santiago nos acompañó y pasamos todo el día allí, almorzamos en un restaurante muy rico, de un tio de uno de los jugadores de futbol de la historia del avión que se cayó en los andes (película "viven"), en la tarde regresamos y en el puerto, luego de 2 horas de discusión NO logramos que nos dieran la autorización para Santiago.

Así que regresamos el miércoles a la Aduana, para buscar otra salida y encontramos que podríamos autorizar alguien que fuera extranjero pero viviendo en Argentina, entonces salió la idea de pedirle ayuda a Sonia, la amiga que conocimos en Bolivia en el tour del salar, que vive en Buenos Aires. Fue perfecto, ella podía quedar autorizada, y podíamos dejar la moto donde Santiago.
En la noche nos fuimos a cenar a un restaurante delicioso, recomendado por Nico, en Palermo, llamado Osaka, es un japo peruano, con muy buen ambiente y comida excelente. Lugo nos fuimos a ver un concierto en vivo de una orquesta tipica de tango, llamada "club atlético Fernández Fierro “en un lugar muy particular, una especie de bodega muy rustica, con un escenario cubierto por una malla como si fuera una cancha de futbol. Era un piano, 4 bandoneones, 4 violines y 2 contrabajos. La verdad sonaba muy bien, pero en nuestro poco conocimiento de tango, nos pareció un tanto agresivo o trágico el estilo, con decirles que el bandoneón líder, tenia rastas y sacudía la cabeza al tocar.

C.A.F.F.
El jueves nos vimos con Sonia y la invitamos a cenar a Palermo, un lugar muy bacano recomendado por Isabela la novia de Nico, llamado "Godoy" muy buena comida y ambiente de rumba, y con la compañia de Sonia pasamos una noche super chevere.



El viernes terminamos de hacer todos los trámites de la moto, el seguro, los poderes notariados para Sonia (por cierto son más caros que comprar un apartamento en Colombia, cada poder a 100 usd, increíble!!!). En la noche nos invitaron a casa de Mariano a cenar, otra vez con toda la familiar y ahí pudimos despedirnos de todos.

En la noche regresamos a la Parrilla La Nelly en puerto de Olivos para comernos nuestra último bifesito.


Tocaba fumarse un puro y un whiskey para celebrar el logro de llegar a Buenos Aires luego de 13.500 km de moto.


Puerto de olivos

El domingo nos despedimos en un almuercito con Laura y Ati, luego nos llevaron al aeropuerto y pudimos ubicarnos rapidamente en la sala de Amex para tomarnos un traguito antes del cambio de continente.

No vamos a olvidar lo que nos reimos juntos todos los días tratando de imitar el hablado argentino
Argentina de nuevo nos trató de lo mejor, nos sentimos como en casa con nuestros amigos y familia en Buenos Aires. El sur resultó ser un lugar único, la tranquilidad y soledad de sus paisajes nunca se olvidan. Menos mal regresaremos en unos meses para recorrer lo que nos falta y contarle a todos las historias que esperamos recoger en el camino.
chau!