Fuimos a visitar el Cerro Tronador que queda a unos 80 kms de Bariloche por carretera destapada. Es muy especial porque tiene siete glaciares. En ese paseo nos bañamos en el rio Mascardi que sale del lago Mascardi que está justo al lado del cerro, las fotos hablan solas. El agua es de un azul aguamarina que te llama a que te metas… aunque una vez adentro uno se da cuenta que el agua es un poco fría, aun en verano.
Nuestro hotel estaba justo al frente del lago Nahuel Huapi, junto a playa bonita. Pasamos una tarde allí sentados, asoleándonos y tomando vino espumoso. Aunque la playa es con piedras gruesas toda la gente lleva asoladoras, fiambre y por supuesto mate. El lago no es tan frio como uno se imagina y la orilla está llena de gente. El lago tiene 650 mts de profundidad.
Playa Bonita
Bariloche – Esquel 296 kms
Esquel – Puerto Madryn 694 kms
Este día fue un bien difícil ya que la temperatura subió hasta 41 grados y el viento pegaba duro como si estuvieras en una fogata. Cruzamos desde Esquel que queda casi en la cordillera hasta el océano atlántico. Ese trayecto tenía un paisaje muy bonito, bastante desértico con unas rocas color ladrillos muy bonitas que se pueden ver en las fotos.
Paramos en un pequeñisimo pueblo llamado paso de los indios, el sitio más al sur donde estuvimos, y tuvimos la suerte de encontrar una parrilla de carretera, que nos ofreció un cordero patagónico delicioso. El dueño nos contaba que no están acostumbrados a la lluvia, que habían pasado 24 meses sin que lloviera y que por ello era adecuado por allí solo comer cordero ya que las reses no aguantaban semejante sequía.
Más adelante visitamos la represa Florentino Ameghino, el paisaje era bacanisimo porque estaba hecha en medio del desierto color terracota y el agua tenía un color azul intenso.
Llegando a Madryn esta un pequeño pueblo de inmigrantes de Gales "Gaiman", donde se conserva aun la cultura y se toma el te en la tarde, en unas casas muy lindas al lado del parque.
Finalmente llegamos a Puerto Madryn y como el cansancio era bastante conseguimos rápidamente un buen hotel frente al mar. Por suerte, Susa logró negociar un 4 estrellas con vista al mar, recien remodelado, con wifi, cochera, desayuno excelente, mejor dicho!! ya era justo, porque el viaje estuvo muy duro.
Al otro día después de un suculento desayuno, nos fuimos caminando a la playa, y encontramos un restobar, muy bueno, con sillas de playa, donde pasamos toda la tarde, descansando, al frente de la playa, con el sonido del mar, y un reggae suave que tenían en el bar.
En la noche salimos a cenar, y encontramos un excelente restaurante "Mediterraneo" donde pudimos comernos unas gambas al estilo español deliciosas.
Puerto Madryn - Península de Valdés - Puerto Madryn (400 km)
Al día siguiente, decidimos salir en la moto hacia la península de Valdés, para ver la famosa reserva faunística. Son 100 km de pavimento para entrar al parque, ahí se encuentra un centro de información bien montado que cuenta con el esqueleto de una ballena muy grade.
El camino está lleno de viajeros, muchas motos y carros. Una de las cosas más particulares de Argentina es que en las carreteras del sur, se siente uno como transferido al pasado, los paisajes tan desolados, adornados por carros y carro casas de los años 70's, y mucha gente echando dedo para viajar. Algo que en Colombia no vemos mucho, en cambio acá te da la sensación de seguridad y al mismo tiempo de aventura.
Son cientos de leones que se apilan sobre la playa
En el parqueadero, uno de los nativos de la región, el armadillo!
Impresionante vista, uno siempre se imagina a estos animales en glaciares, donde no hay nada de verde.
Esto es en el paradero para ver los elefantes, paisajes increibles!!
Susa con su caminao y su pinta de astronauta!
Desafortunadamente el clima cambió radicalmente ese día lunes, 2 de marzo. Nuestro plan era subirnos hasta Buenos Aires, por la costa y visitar algunas playas más, pero la tormenta cambió todos los planes.
Al medio día paramos 300 km al norte en una pequeña playa llamada las grutas, donde se sentía un excelente ambiente veraniego, pero los vientos y la lluvia nos hicieron seguir. Continuamos por la ruta 3 hacia el norte, y logramos llegar a Bahía Blanca luego de mucha agua y viento, al menos no hacía frio, la temperatura seguía arriba de 20 grados.
Encontramos un parador aparentemente muy bueno, de hecho muy caro, lo más caro que hemos pagado en el paseo, Parador Austral, 310 pesos, donde pudimos descansar un poco. La tormenta se prolongó toda la noche… no pudimos dormir muy bien.
Bahia Blanca - Las Flores (505 km)
Al día siguiente decidimos salir para Buenos Aires, en medio de un día extremadamente lluvioso. Cruzamos la provincia de Buenos Aires y a pesar del clima se podía apreciar que es una tierra muy fértil para la agricultura y con poteros planos de grandes extensiones. La carretera es muy recta parece interminable especialmente cuando no podés pasar de 120 km por hora y la lluvia de costado es muy fuerte. Al sobrepasar los camiones, era como entrar a una maquina de lavado a presión, no se veía nada y el remolino de agua te quería sacar de la carretera.
A las 2 pm encontramos un lugar muy bueno para almorzar, el pueblo se llamaba Azul, y el restaurante Punto Argentino. Su propietario Sergio, se sentó con nosotros a conversar un buen rato, mientras nos comíamos un excelente bife de la región, nos contó que Azul era el segundo centro cervantista de América, porque un terrateniente hace unos años le dejó como herencia al pueblo su colección privada de libros y artículos relacionados a Cervantes. El resultó ser una persona super interesante, que había viajado por todo el mundo, obviamente cuando le contamos de nuestro viaje, la conversación se alargó mucho más y se hizo tan interesante, que nos dieron las 5 de la tarde. Como seguía lloviendo, seguimos el camino muy despacio hacia Buenos Aires, pero no logramos llegar, tuvimos que parar a 180 km, en un pueblo pequeñito llamado Las Flores, donde encontramos un hotel, bastante regular, un ex convento, donde las camas y baños todavía parecían de la época.
En general nos sentimos como en casa, primero por la atención tan especial en casa de Laura y Ati, que hasta nos arreglaron un parqueadero para tener la moto, y nos dejaban el auto para usarlo durante el día, pero sobretodo porque toda la gente que conocemos estuvo super atenta y pendiente de nosotros.
El primer día nos dedicamos inmediatamente al trámite de la moto, fuimos al centro de la ciudad al paseo Colón, para averiguar lo que debíamos hacer. Al principio, no vimos muchas opciones, dado que nos exigían tener una persona extranjera como responsable, para que pudiera hacerse cargo de la moto, y la familia de Nelson y nuestros amigos son Argentinos, así que ahí empezaron los problemas.
El viernes nos vimos con toda la familia de Nelson, en un cumpleaños de uno de los hijos de Oscar (hermano mayor), donde estuvimos con Elsa, Mariano, Oscar y Ati, todas sus respectivas esposas e hijos también. Fue muy chévere conocerlos a todos y poder compartir un poco de las historias del viaje.
En la noche nos recogió Nicolas Rosendi, nuestro amigo de hace años, con quién fuimos a la cancha de boca a ver el partido en nuestra luna de miel. Estaba con su prometida Isabela, salimos a cenar en Palermo y nos sorprendió mucho con su noticia de casamiento. Fue bacanimo verlo de nuevo después de tantos años.
El lunes regresamos a la aduana, como de costumbre y encontramos una alternativa, ir a Uruguay en el día con Santiago, y autorizarlo al entrar para que usara la moto.
En la noche Nico nos invitó a una cena con sus amigos, en un restaurante muy particular llamado Guido's Bar, al lado del zoológico de Palermo, es una tradición de hace años que El con sus amigos van a cenar todos los lunes a este lugar. Esto fue una experiencia muy bacana, era más como una tertulia argentina, sus amigos son todos de diferentes estilos, exfutbolistas, locutores, djs, tenista profesional, entrenadores de futbol, ejecutivos; Fue muy gracioso ver a todos estos ches echarse puyas entre ellos y hablar de futbol y de pendejadas toda la noche. La comida fue excelente.
Nico, el de la derecha
Así que regresamos el miércoles a la Aduana, para buscar otra salida y encontramos que podríamos autorizar alguien que fuera extranjero pero viviendo en Argentina, entonces salió la idea de pedirle ayuda a Sonia, la amiga que conocimos en Bolivia en el tour del salar, que vive en Buenos Aires. Fue perfecto, ella podía quedar autorizada, y podíamos dejar la moto donde Santiago.
En la noche nos fuimos a cenar a un restaurante delicioso, recomendado por Nico, en Palermo, llamado Osaka, es un japo peruano, con muy buen ambiente y comida excelente. Lugo nos fuimos a ver un concierto en vivo de una orquesta tipica de tango, llamada "club atlético Fernández Fierro “en un lugar muy particular, una especie de bodega muy rustica, con un escenario cubierto por una malla como si fuera una cancha de futbol. Era un piano, 4 bandoneones, 4 violines y 2 contrabajos. La verdad sonaba muy bien, pero en nuestro poco conocimiento de tango, nos pareció un tanto agresivo o trágico el estilo, con decirles que el bandoneón líder, tenia rastas y sacudía la cabeza al tocar.
El viernes terminamos de hacer todos los trámites de la moto, el seguro, los poderes notariados para Sonia (por cierto son más caros que comprar un apartamento en Colombia, cada poder a 100 usd, increíble!!!). En la noche nos invitaron a casa de Mariano a cenar, otra vez con toda la familiar y ahí pudimos despedirnos de todos.
En la noche regresamos a la Parrilla La Nelly en puerto de Olivos para comernos nuestra último bifesito.