lunes, 15 de febrero de 2010

RUTA NORTE 2010: EL RETORNO A CASA


Puerto Iguazu (Argentina) - San Pedro de Atacama (Chile) - Peru - Ecuador - Colombia

Enero 5 a 27 de 2010

Puerto Iguazu

Luego de ver las cataratas de Iguazú desde el lado brasilero cruzamos la frontera entre Brasil y Argentina para verlas desde el otro lado y seguir nuestro rumbo a Colombia por el norte de Argentina cruzando la cordillera de los Andes por el paso de Jama para luego tomar la panamericana hacia el norte. Paramos en el medio del paso de frontera donde hay un inmenso Duty Free que dicen es el mejor de frontera terrestre del mundo, estaba muy lindo y tenía buenos precios. Llegamos a Puerto Iguazú y nos ubicamos en el ApartHotel Bossini. Justo afuera vimos una moto de turismo Honda 650 modelo 1980 que tenía radio cassette Pionneer. Boris, el dueño de la moto, salió curioso a saludarnos y nos dio muchos consejos sobre la ruta hacía Chile. En la noche comimos en el restaurante que Boris nos recomendó, El Quincho del Tío Querido, una parrilla deliciosa que tenía un trío muy talentoso tocando guitarra y cantando en vivo.
El día siguiente fuimos a visitar las cataratas desde el lado Argentino y otra vez la experiencia fue espectacular. El transporte esta vez fue en trenes en vez de bus y la vista de las cataratas no es desde el frente sino desde encima de la caída. En el lado argentino hay muchas caminatas y varios sitios desde donde se pueden ver por lo cual se requiere al menos cinco horas para poderlo recorrer todo. Nosotros fuimos a la caída que se llama garganta del diablo. Un camino construido sobre el agua del cauce del río lo lleva a uno justo al punto donde la tierra se quiebra y el agua cae. Es bacanísima la vista y uno se emparama.

Ambas experiencias son muy lindas. Nosotros creemos que la mejor panorámica de las cataratas se logra del lado brasilero. Es difícil decir cuál catarata es más bonita. Niágara, Victoria e Iguazú son todas espectaculares y cada una tiene algo especial. Niágara es muy caudalosa y el río es muy claro, Victoria tiene una falla geológica mucho más pronunciada y produce la mayor cantidad de agua pulverizada y la que más alto llega, además por estar en medio de Africa es un poco más exótico el ambiente. Iguazú es más larga y en conjunto con la naturaleza a su alrededor forman un paisaje hermoso.

 
Enero 8- 10
Salta “Los niños de la montaña”

Nos tomó 3 días de viaje para llegar a esta ciudad al norte de Argentina, salimos de Puerto Iguazú a Ituzaingó (387 km) el primer día, el segundo día hasta Monte Quemado (688 km) y el tercero hasta Salta (388 km).

La provincia de Salta está ubicada en las laderas orientales de la cordillera de los Andes, su capital tiene solo 1500 metros de altitud pero se siente el ambiente andino, la gente es muy cálida y hablan con acento muy parecido al boliviano. Tiene un centro histórico colonial bien conservado, con iglesias, monumentos y museos, entre los cuales está el MAAM, Museo Arqueológico de Alta Montaña, donde tienen los cuerpos momificados de 3 niños incas.

Iglesia paque principal de Salta

Parque principal Salta
Los “Niños del Llullaillaco”, es el nombre que recibieron los tres cuerpos humanos excepcionalmente conservados por el frío, con una antigüedad aproximada de 500 años, encontrados entre el 17 y el 20 de marzo de 1999 en el volcán nevado Llullaillaco de la Cordillera de los Andes, entre la provincia de Salta en Argentina y la provincia de Antofagasta en Chile. Corresponden a una adolescente de 15 años (conocida como La Doncella), una niña de unos 6 años (la Niña del Rayo) y un niño de 7 años que fueron ofrendados con fines rituales durante el apogeo del estado quechua del Tawantinsuyu, cuyos líderes políticos supremos eran los Incas..

Uno de los cuerpos, que pertenecía a un niño de siete años se encontraba sentado sobre una túnica o uncu plegado, y presentaba distintos elementos del ajuar acompañante, tales como sandalias o ushutas, bolsitas de piel de animal conteniendo cabello del niño, un saquito tejido o chuspa, engarzado con plumas blancas, estatuillas masculinas de valva de spondylus y un aríbalo de cerámica.

La víctima enterrada en la tumba norte era una joven mujer de quince años, que llevaba un tocado de plumas blancas. Estaba acompañada de un uncu o túnica tejida, de objetos de cerámica de formas y estilos típicos incaicos - aríbalo, vasija con pie, jarrito, platos ornitomorfos – y de elementos textiles tales como chuspas, fajas arrolladas y una pequeña vincha. Presentaba keros de madera en miniatura, un peine de espinas y trozos de carne seca o charqui. De su tumba se recuperaron asimismo estatuillas femeninas de oro, plata y valva de spondylus.

En la tercera tumba se descubrió el cuerpo de una niña de seis años, dañado por la descarga de un rayo. La niña se encontraba rodeada de varios elementos de cerámica en miniatura, de típico estilo incaico. Llevaba consigo bolsas o chuspas; mocasines de cuero y sandalias, vasos o keros, y un conjunto de estatuillas femeninas alineadas.

Apoyándose en crónicas españolas y peruanas y en la observación de los cuerpos y las vestimentas y objetos que portaban los niños ofrendados, los investigadores creen que salieron de Perú, e hicieron un recorrido de un año de duración hasta llegar al Cerro LLullaillaco. Un grupo de "amautas" o maestros en conocimientos esotéricos los acompañaron.

Un investigador médico que analizó los cuerpos, el argentino Facundo Arias, señaló que es muy probable que los tres fueran “emborrachados con chicha”, una bebida a base de maíz fermentado, a fin que, adormecidos, les resultara menos difícil soportar el proceso de congelación, “ya que no se han encontrado en sus cuerpos signos de violencia".

Al parecer, los dos niños más jóvenes eran de familias nobles y fueron escogidos desde su nacimiento para ser parte fundamental del ritual, como muestra el hecho de que sus cráneos fueran deformados con distintas técnicas y por los brazaletes que llevaban puesto. La adolescente tiene el rostro pintado de rojo y su larga cabellera peinada con pequeñas trenzas; se presume que pudo haber sido una "aclla", una Escogida del Sol. Las investigaciones basadas en el análisis de ADN, han determinado que no existía parentesco entre los tres.

Enero 10 - Paso de Jama
Cruzando los Andes en moto

El 10 de enero salimos de Salta hacia el norte y empezamos una jornada motociclística de ensueño. Saliendo de Salta todo es verde, pero al tomar altura después de Salvador de Jujuy en Argentina, la montaña se vuelve desértica y se ven muchos cactus, las curvas son casi en u, es un paisaje parecido al cañón del chicamocha en Santander. Luego de 50 kms de subida se llega a Altos del Morado a 4170 mts donde la temperatura baja a 8 grados y desde allí se divisa una hermosa planicie sobre los Andes. El día estaba totalmente claro, cielo azul y sol radiante, la carretera en perfecto estado y poco tráfico, eran condiciones optimas para un paseo excelente. Una vez en el valle empieza un trayecto de más de 300 kms casi rectos, pasando por un salar grande adornado por el naranja y amarillo de las montañas de arena que lo rodean.
Ciclista argentino, que tal el aventurero!

A 4170 mt cruzando los Andes

Salar en medio del camino


Vicuñas salvajes al borde de la carretera
En una estación de servicio nos encontramos con 6 motociclistas que venían de diferentes partes del mundo, Brasil, Italia, Francia y otros, quienes nos contaron de su viaje por Suramérica y nos felicitaron por la gran aventura nuestra. Tomamos las felicitaciones con orgullo ya que proveían de viajeros experimentados que tenían calcomanías de todo el mundo es sus maletas. Luego de la recta y unas cuantas curvas llegamos al Paso de Jama que es el lado argentino de la frontera con Chile donde perdimos casi 2 horas por el trámite, pero seguimos felices nuestro descenso hasta San Pedro de Atacama un pequeño y turístico pueblo chileno que sirve como frontera con Argentina y Bolivia. Fueron 600 km verdaderamente placenteros, la mejor ruta que hemos hecho en moto durante este viaje.





Frontera Chile, Argentina, Bolivia


Chile

En San Pedro regresamos al hotel donde estuvimos el año pasado y el encargado nos reconoció al tiro, nos abrazó y todo, se acordaba de todos los detalles de nuestro viaje y nos dio el mejor cuarto como bienvenida. Casualmente estaban 5 colombianos de Bogotá en el hotel que viajaban en moto. Compartimos con ellos muchas historias de viaje. José Alejandro, Camilo, Guillo, Santiago y Sebastián, llegaban apenas del Salar de Uyuni y pensaban salir ese día para Salta, como estaba tan tarde les recomendamos no salir y pasar una noche más en San Pedro, así pudimos comer con ellos y tomarnos unas cervezas.

Al día siguiente salimos temprano hacia el norte para cruzar la frontera con Perú en Arica. Fue un recorrido de 740 km. Pasamos la noche en Tacna, Perú.

Peru



Enero 11 - 22
Tacna - Arequipa - Chivay 528 km
Cañón del Colca

Para ver el Cañón del Colca hay que llegar a Chivay que es una pequeña población al lado del cañón en pleno corazón de los Andes. Queda a 160 kms de Arequipa y la carretera fue todo un reto para nosotros. Salimos de Arequipa y tomamos la carretera que va hacía Puno, a unos 90 km nos salimos por un desvío que está a 4300 mt sobre el nivel del mar, había mucha neblina, llovía y para rematar los primeros 25 km están en ripio por reparación. Logramos cruzar sin percance y más adelante empezamos a ver la hermosa vegetación de páramo que nos deleitó hasta que la neblina apareció y no nos permitió ver nada. Justo antes de llegar al paso más alto que hemos hecho (4.900 MT) empezó a llover y la temperatura se bajó hasta 2 grados, nos tocó llevar el visor del casco abierto y manejar a 20 kms por hora pegados del borde de la carretera para no irnos a desviar, vale la pena decir que no había líneas blancas. Así estuvimos por más de media hora hasta que la carretera se descolgó por un cañón muy empinado hasta bajar al pueblo de Chivay a 3.600 MT. Encontramos un hotel muy lindo y sencillo al lado de la plaza principal, donde su propietario nos dio orientación. Por la noche fuimos a bañarnos en las aguas termales del pueblo que se componen de más de cinco piscinas de diferentes temperaturas. Ahí nos tomamos un par de piscos y esperamos el anochecer sumergidos en el agua caliente.

En las termas de Chivay
La provincia de Caylloma, designada turísticamente como “Colca”, es una región compuesta por varias poblaciones pequeñas que en total suman unos 12 mil habitantes. Los pueblos se ubican al lado y lado del cañón del río y se dedican a la agricultura. Desde hace unos 15 años han tenido la suerte de contar con un turismo creciente de personas que llegan a ver la majestuosidad del cóndor que vive en las laderas del cañón más profundo del mundo (3.400 MT). La carretera es destapada, por esto decidimos contratar a Grovert (el dueño del hotel) para que nos llevara en su carroa ver el cóndor. A las 5:30 AM ya estábamos en camino disfrutando de las anécdotas y datos que este señor nos contaba sobre la región. Justo al salir el sol llegamos al pueblo Yanque que tenía varias atracciones. Por un lado el parque y la iglesia son muy lindos. Alrededor de la pileta unos niños danzaban con los trajes tradicionales, los campesinos vendían artesanías y tenían halcones, águilas y búhos con los que todos los turistas quedábamos boquiabiertos.
Campesina con águila

Fachada de la iglsia

Niños bailando danza típica en la plaza de Yanque


Después de pasar por un par de poblaciones más llegamos a “la cruz” que es un peñasco justo en la parte más profunda del cañón, cerca de las cuevas de una de las colonias más grandes de cóndores. Entre las 7 y las 10 de la mañana todos los turistas vienen a esperar que los cóndores hagan su aparición.

Tuvimos la suerte de ver 7 de ellos pasar a lo lejos y luego clavarse en el cañón para refugiarse en las cuevas. Luego vimos pasar otros dos que duraron unos 30 segundos volando por encima de la cruz, uno de ellos era un macho adulto que se distinguía por su hermoso cuello de plumas blancas. Como no aparecieron más decidimos seguir nuestro camino hacia Cabanaconde, el último pueblo de la visita, donde nos sentamos en un antiguo mirador del cañón y desde allí vimos una catarata. Grosvert nos dijo: “en ocasiones también se pueden ver los cóndores desde este lugar” y nosotros dijimos “ojala tuviéramos la suerte, pero ya sería mucho pedir’” cuando Susa gritó “ahí va uno” y efectivamente pasaba un macho adulto espectacular que volaba cerca de la ladera por debajo de nosotros. Pudimos apreciar su plumaje blanco en las alas y el cuello blanco tupido. Fue un momento mágico. Con esto quedamos felices y nos devolvimos para Chivay enseguida, disfrutando de la agradable compañía de nuestro guía.

El cóndor andino es reconocido como una de las aves voladoras más grandes del planeta después del albatros viajero Los adultos llegan a medir hasta 142 cm de altura, y entre 270 y 330 cm de envergadura, y pesan de 11 a 15 kg los machos y de 8 a 11 kg las hembras.

Vista desde el otro lado del cañón, terrazas con cultivos

El fondo del cañón


Chivay – Arequipa, 163 km

Al medio día nos fuimos para Arequipa a pasar la noche y así adelantar un poco de camino hacia Lima. Estábamos felices de poder disfrutar de uno de los centros históricos más bonitos y mejor conservados de Suramérica. Saliendo a recorrer las callecitas tuvimos la suerte de entrar a una pequeña galería de cuadros locales, donde nos atendió Diana, una niña de 15 años nacida en Cuzco, que pasa sus vacaciones ayudando a su hermano que es artista a vender sus obras. Después de mucho conversar y tratar de negociar con la encantadora niña que parecía una mujer hecha y derecha, nos decidimos a comprar dos obras muy lindas, llamadas “las chismosas”. Son campesinas típicas de Cuzco que se sientan en el mercado a trabajar y conversar, están vestidas con faldas largas y guagüeras (mantas coloridas donde cargan a sus hijos).



Arena cubriendo la carretera

Oasis de Huacachina, 715 km

Por recomendación del guía de Chivay íbamos a dormir en Ica que es una ciudad que se reconoce por la producción de vinos y pisco. Los 715 km de desierto nos tenían bastante cansados y la ciudad de Ica no nos pareció nada atractiva. Un policía nos recomendó dirigirnos hacía Huacachina porque era la parte turística, con poca expectativa nos dirigimos a este lugar, a 5 Km. de la ciudad, y nos llevamos una gran sorpresa, una de esas razones que sostienen la idea de que viajar vale la pena. Atravesamos una pequeña colina de arena y llegamos a un Oasis, un verdadero oasis, en medio de las dunas de arena naranja había un lago rodeado de palmeras. Alrededor de éste hay varios hoteles, restaurantes y negocios que ofrecen paseos por el desierto. Nos quedamos en Casa Suiza, un hotel ubicado al final de la única calle del pueblo, justo contra las dunas de arena, con piscina y unas habitaciones muy tranquilas. Tanto nos gustó, que al otro día madrugamos a tomar un tour en buggy por las dunas de arena, nos metimos una hora adentro del desierto y llevamos tablas para hacer sandboarding, un deporte nuevo muy parecido al snowboarding que Omar ha intentado tantas veces en las montañas de Nueva York y no lo ha logrado, pero parece que la arena y la hermosura del lugar lo inspiraron y en poco tiempo ya estaba parado rodando por una montaña de arena sobre la tabla como si supiera desde antes.


Susana duna boca abajo

Omar en sandboarding

Un oasis verdadero

Regreso a Lima

Paramos en Lima con el objetivo de volver a disfrutar de sus encantos culinarios y una vez más nos sorprendió. Casualmente pudimos encontrarnos con los amigos peruanos que conocimos en Mancora un año atrás y muy amables nos recogieron en el hotel para llevarnos a conocer el club de regatas de Lima, que está ubicado en una playa al sur de la ciudad, un club que fue fundado hace más de 100 años y es privilegiado por su ubicación y gran variedad de servicios. Después fuimos a cenar sushi en un restaurante llamado Osaka, la comida peruana japonesa es sin duda una de las mejores que hemos probado. Al día siguiente nos fuimos a hacer Brunch a una cevichería del famoso Gastón Acurio llamada “La Mar” donde comimos excelentes ceviches de corvina, langostino, pulpo y calamar, con un par de Chilcanos, unos coctelitos que estaban en 2x1 hechos con pisco y ginger ale, muy refrescantes y prendedores. El resturante estaba lleno y nos tuvimos que sentar en la barra, con la suerte de conocer a Tony, el barman líder que nos conversó toda la tarde y nos contó que junio abrirán éste restaurante en Bogotá y que él estará allá para capacitar al personal, así que seguramente nos encontraremos con él.


Mari, Chito, Omar y Susana en Osaka

Lima - Trujillo - Mancora (1.200 Km.)

Destinamos 4 días para descansar y despedirnos del mar en el pequeño Máncora, el pueblo de surfistas que visitamos cuando empezamos el viaje hace un año. Después de dos días de interminables desiertos llegamos al medio día y fuimos directamente al restaurante Cesar, un recomendado especial, resturante sencillo en medio del pueblo. Hay que decir que tiene el mejor arroz con mariscos y cebiche peruano que hemos probado. Estefani la hija de Cesar nos atendió como reyes, nos tomó fotos el restaurante y se tomó fotos en la moto, tan amigos nos hicimos que al día siguiente nos llevó el almuerzo a domicilio a la playa donde estábamos, que tal el lujo? Nos quedamos de nuevo en el hotel “las olas” donde nos estaban esperando y nos sentimos muy cómodos en nuestra habitación frente al mar, descansamos como nunca. Omar alquiló su tabla de surf pero tuvo un susto parecido al de Río de Janeiro, con una ola que lo clavó muy fuerte en el agua así que prefirió seguir descansando el resto de días para no arriesgar el final del viaje. Nos despedimos con una exquisita langosta fresca que Estefani nos preparó especialmente y así dijimos adiós al océano pacífico en esta etapa de nuestras vidas.



Quito: El encuentro con mi adorada hermanita

Salimos a las 6 de la mañana de Mancora con la esperanza de tener suerte en el paso de frontera y poder llegar hasta Quito a visitar a Sandra mi hermana y su esposo Nelson, que están viviendo allí desde hace 4 meses. Fue una jornada muy dura de 740 Km. que logramos terminar exitosamente a las 6 de la tarde.

Ellos están viviendo en un apartamento muy lindo en el barrio Monteserrín, ubicado al lado de la ciudad, sobre una de las montañas mirando a los valles, con una terraza muy amplia desde donde se ven los volcanes de Cotopaxi, Antisana y Cayambe. Esa noche salimos a cenar con ellos a un lugar muy especial, una hacienda colonial ubicada en la base del volcán Pichincha con una vista nocturna muy linda de la ciudad.


Susana, Omar, Sandra y Nelson

Otavalo

A unos 80 Km. al norte de Quito se encuentra este pueblo, que hace parte de la provincia de Imbabura, donde visitamos un mercado grandísimo de artesanías, muy colorido y organizado, nos sorprendió mucho la gran cantidad de turistas extranjeros que vimos. Luego almorzamos en la Hacienda Cusín, que funciona como hotel y es un lugar muy tranquilo en las afueras del pueblo, muy parecido al estilo de Fizebad en Medellín. El paseo es muy agradable, porque se ven varios volcanes en el camino como el Cotacachi, el Imbabura taita y guagüa, además de montañas adornadas con cultivos.





Termas de Papallacta

Salimos temprano de Quito para irnos de relax, manejando por una carretera hacia el oriente llegamos a las termas de Papallacta, un hotel con las aguas termales más confortables y bien hechas que hemos visto, en un paisaje especial con vegetación de semipáramo, se encuentra este maravilloso lugar, con más de 6 piscinas de diferentes temperaturas, perfectamente bien equipadas, con vestidores, baños y restaurante, perfectas para pasar una buena tarde apreciando la impresionante cima nevada del volcán Altisana. Descansamos por más de 4 horas y salimos como nuevos.


Omar en las termas

Vista desde las termas del volcán Altisana

Andino

Nos quedamos dos días más disfrutando de las inolvidables atenciones de Sandra y Nelson, salimos a cenar varias veces, almorzamos comidita casera que tanto extrañábamos y fuimos a conocer a Andino el nuevo caballo de Sandra, el cuál monta todos los días en la hípica del club Los Chillos. Omar se arriesgo a montarlo, sin saber, y le fue bien, el caballo es muy dócil y le supo dar un par de vueltitas al picadero con el arrítmico estilo empírico del novato Omar.
Omar, Andino y Sandra


Esa noche nos despedimos con una cena exquisita en el restaurante de sushi Noe, que es uno de los más famosos y ricos de la ciudad.
Con nostalgia nos despedimos de Sandra y Nelson el miércoles 27 de enero, pero ya con la gran ilusión de llegar a nuestro país después de más de un año de ausencia.

Bienvenidos a Colombia: Quito - Pasto

Disfrutamos como nunca esta hermosa ruta de 340 km. Tuvimos mucha suerte en la frontera ya que los trámites los hicimos rapidito. Al ver Bienvenidos a Colombia celebramos con mucha emoción el gran logro de haber regresado a nuestro país después de las inolvidables aventuras que vivimos por un año.

La feliz llegada a Colombia!